LA TRISTE Y LAMENTABLE VIDA DEL 95% DE LOS CUBANOS

LA TRISTE Y LAMENTABLE VIDA DEL 95% DEL CUBANO 2011 Esa cruel y desgarradora dictadura de más de 53 años hace que el cubano de a pie, viva desde que se levanta hasta que se acuesta en la Miseria. Apenas tienen que comer, no pueden tener un vehículo, no pueden tener una lavadora moderna, no pueden tener una televisión como Dios manda, no pueden tener una moto, no pueden tener una bicicleta,no pueden tener un buen par de zapatos, no pueden ser libre ni un minuto del dia. Es hoy Cuba la mayor prisión del mundo, y eso lo sabe la comunidad internacional.

viernes, 25 de octubre de 2013

La columna vertebral del régimen castrista. Los CDR.






De la misma forma que una mujer ciega con una balanza es la alegoría de la justicia, y que un esqueleto provisto de guadaña es la alegoría de la muerte, la imagen que identifica a los CDR debiera ser la alegoría de la delación.
La creación de los Comités de Defensa de la Revolución en Cuba fue un engendro político maquiavélico, concebido para delatar y reprimir toda manifestación de oposición a la naciente dictadura comunista.
"Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, y que todo el mundo sepa quien vive en la manzana, y qué hace el que vive en la manzana, y qué relaciones tuvo con la tiranía, y a qué se dedica, con quién se junta, en qué actividades anda".
Esas fueron las palabras de Fidel Castro, pronunciadas el 28 de septiembre de 1960. Empezaba a tomar forma el aparato de vigilancia y represión más formidable de la dictadura comunista, implantada por los rebeldes el primero de enero de 1959.
Los chivos expiatorios para justificar su creación fueron los mismos que el gobierno ha usado siempre desde entonces: el imperialismo y la oposición.
"De los Comités de Defensa podemos decir que se engendraron en la plaza pública, en medio de la lucha antiimperialista, en el fragor del combate y el ruido insolente de las bombas contrarrevolucionarias", dijo en una ocasión Fidel Castro.

Pero la creación de semejante aparato masivo de delación y represión no podía ser obra de una noche de petardos. El pueblo de Cuba ya conocía bien el ruido de esas explosiones, gracias a la labor de terrorismo que los propios rebeldes liderados por Fidel Castro realizaron a lo largo de la isla para desestabilizar a la dictadura de Fulgencio Batista.
Fue, por el contrario, un plan bien concebido y organizado al mejor estilo hitleriano, para hacer de la delación política masiva el arma por excelencia contra la disensión.
Los CDR han sido, además, la tropa de choque contra los opositores. Golpizas, amenazas, terror sicológico, destrucción de la propiedad. Todos y cada uno de estos métodos han sido utilizados sistemáticamente contra los opositores activos.
La chusma del pueblo, que no todos los cubanos, ha encontrado en esta organización un oasis de impunidad para desatar sus pasiones cuando se les azuza contra su prójimo.
Mejor suerte han corrido, sin embargo, los delincuentes y los funcionarios corruptos. A ellos los CDR no los vigilan y delatan con tanta frecuencia como a los opositores. Entre aquellos y la organización de marras siempre ha existido una especie de simbiosis, donde el dinero de la delincuencia y de la corrupción ha pagado muchas veces las cabezas de puerco y la bebida para las fiestas callejeras, en las que se celebra el nacimiento de esta organización.
La madera para cocinar las caldosas arderá nuevamente este 28 de septiembre en las calles de la isla, como ardían las hogueras en las que la inquisición quemaba a los herejes. Es el cumpleaños 53 de una organización castrista dedicada a la delación política, o como decimos aquí en Cuba, a la chivatería.