Cuba es una gran nación sometida a la feroz y cruel dictadura impuesta por el tirano Fidel Castro y su hermano Raúl tras el triunfo de la Revolución. La victoria de los jóvenes barbudos frente a Fulgencio Batista fue acogida como un hito histórico y un símbolo para la izquierda mundial.
No tardaron en apartar al presidente provisional, Manuel Urrutia, e imponer una dictadura infinitamente más despiadada que el régimen que habían derrocado. Desde 1959, la mayoría del pueblo ha vivido una auténtica tragedia y el comunismo ha mostrado, una vez más, su auténtica cara.
Una democracia hubiera permitido que estuviera entre los países más avanzados del mundo, porque tiene todas las condiciones para serlo. Nada se puede esperar del comunismo salvo corrupción, torturas, asesinatos y pobreza. Nunca ha conseguido traer otra cosa donde ha gobernado.
Por cierto, el comunismo cubano es el modelo al que tan
próximo se siente Unidas Podemos y el líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón,
que incluso puso como ejemplo el sistema de consumo de la dictadura castrista.
Es muy significativo que los referentes de los podemitas y el resto de formaciones antisistema que quieren destruir la España constitucional sean países donde han acabado o están acabando con la democracia.
Miles de cubanos están saliendo a la calle contra la sangrienta dictadura. El problema es que el régimen controla el ejército y la policía, pero tiene, además, seguidores que se sienten cómodos porque disfrutan de enormes privilegios a costa de la pobreza del resto de la población.
El castrismo, como se conoce la versión cubana del comunismo, tiene un control absoluto de las instituciones, los medios de comunicación y los recursos económicos de la empobrecida isla que formó parte del imperio español.
Estas protestas muestran que existe un anhelo de libertad y el estallido se produce como consecuencia de la pandemia de la Covid y las privaciones que sufre la población. Esta situación no afecta a sus privilegiados dirigentes que cuentan con enormes fortunas en el extranjero conseguidas gracias al sistemático robo de los recursos públicos.
La docilidad de los cubanos se ha basado en el brutal sistema represivo establecido por los hermanos Castro, porque inicialmente recibieron el apoyo popular pero enseguida utilizaron los asesinatos y las torturas para mantenerse en el poder.
Cuba
necesita recuperar la libertad.
Pero ésta libertad que necesita el pueblo cubano, tiene que estar apoyada por la Comunidad Internacional, que hasta la fecha de hoy mira para otro lado.
Las democracias de éste mundo, no son sensibles, ni les importa el sufrimiento de un pueblo que anhela la libertad.
Ni, Francia, ni Alemania, ni España, ni Italia, ningún país del la UE, apoya la llegada de la libertad a Cuba, tienen miedo al régimen de la Habana, y sobre todo el Señor Borrel, menudo elemento que es éste político español, vergüenza le tenía que dar la cantidad de sandeces que dice cada vez que sale en un medio de comunicación, mejor se iba a plantar patatas al huerto de su casa, porque no vale para nada, y como persona es un impresentable.
Todos sabemos que los cubanos del régimen, tienen negocios en España, aquí, reciben becas, son privilegiados en todos los conceptos, y el pueblo español, sin enterarse, eso cuesta dinero a las arcas del estado español, y todos los gobiernos que ha habido en España después de instaurarse en nuestro país la democracia, siempre han apoyado la dictadura cubana, pero ninguno apoyó la dictadura de Francisco Franco.
Los intelectuales españoles, en una gran mayoría son unos hipócritas, unos mal educados y unos parásitos sociales, no tienen sentimiento de ninguna índole por el sufrimiento ajeno, viven del cuento y de las subvenciones y dinero del Estado Español, y siempre han apoyado la dictadura de los hermanos Castro, así nos va en España.
Esperemos que en éste despertar del pueblo cubano, sobre todo de su juventud, sea la salida en breve del sistema totalitario, al aire de democracia que necesitan todos y cada uno de los cubanos, dentro y fuera de la isla.
Viva Cuba Libre y Democrática.