LA TRISTE Y LAMENTABLE VIDA DEL 95% DE LOS CUBANOS

LA TRISTE Y LAMENTABLE VIDA DEL 95% DEL CUBANO 2011 Esa cruel y desgarradora dictadura de más de 53 años hace que el cubano de a pie, viva desde que se levanta hasta que se acuesta en la Miseria. Apenas tienen que comer, no pueden tener un vehículo, no pueden tener una lavadora moderna, no pueden tener una televisión como Dios manda, no pueden tener una moto, no pueden tener una bicicleta,no pueden tener un buen par de zapatos, no pueden ser libre ni un minuto del dia. Es hoy Cuba la mayor prisión del mundo, y eso lo sabe la comunidad internacional.

lunes, 27 de abril de 2015

La Cuba que van a dejar los hermanos Castro después de sus muertes. Carajo.

Lamentable lo que vemos en las calles de la Habana, parece que  estamos en el NEPAL de los terremotos.
Un tipo desgarbado, harapiento, de tez negra y visiblemente borracho, vende tres pares de zapatos viejos, un par de tomacorrientes mustios y algunos artículos de plomería también con las huellas de haber sido tomados de un basurero.
Los artículos están en el piso. Quien los oferta permanece sentado en uno de los laterales del quicio que se levanta en el borde de la acera. A lo largo de la cuadra van llegando otros comerciantes con similares productos.
A simple vista se nota su divorcio con el agua y el jabón. Basta acercársele para sentir el mal olor que se desprende de sus vestimentas, ver los trazos del hambre en los rostros o las evidencias de una ebriedad crónica.
Algunos pregonan su mercancía en alta voz. Otros hacen mutis o se esfuerzan por no quedarse dormidos. En pocos minutos son más de 20 personas, en su mayoría hombres. Pese a encontrarse en las antípodas del marketing, reciben clientela.
Estos últimos no pueden ocultar la alegría de haber hallado un grifo salpicado de herrumbre, una cortina para baños empercudida y deshilachada en algunos de sus extremos o un radio portátil que funciona aunque aparente lo contrario. Todo a precio de ganga, con defectos, pero siempre útiles para paliar sus miserias.
El mercado informal que describo tiene su mayor concurrencia en el segmento de la calle Corrales entre Egido y Zulueta, en el capitalino municipio de la Habana Vieja, aunque tuvo sus orígenes en la cuadra posterior.
Nadie que pase por allí podría cuestionar que se trata de un espacio conquistado por los usufructuarios de la extrema pobreza. Los hombres nuevos que no supieron adaptarse a los zigzags de la revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, tal y como lo proclamó Fidel Castro en uno de sus kilométricos discursos durante la estructuración del socialismo, constitucionalmente irreversible desde el 2002.
Ellos son una extensión de la marginalidad que se ha apoderado del país. Es el triunfo de la cochambre y el mal gusto. El florecimiento de la indigencia como alternativa a la desesperanza y el miedo.
El aumento de ese sector en diversos puntos de La Habana, invita a hurgar en las causas. La crisis habitacional, los salarios de servidumbre y la galopante inflación junto a la ausencia de alternativas laborales viables, son a menudo los motivos para refugiarse en el alcoholismo y las drogas.
El destino final es la supervivencia en esos submundos paridos por las circunstancias. La humildad llevada a extremos que las élites del gobierno insisten en desconocer. No obstante ahí están los vendedores de la calle. Gente que no necesita una licencia para ejercer la labor que le proporciona un sustento mínimo.
Solo quieren sobrevivir a su manera y en eso parece que han logrado un cierto margen de tolerancia por parte de los órganos del llamado Poder Popular y de la policía.
Junto a los ríos de aguas albañales, la mugre en las fachadas de miles de inmuebles y los apilamientos de escombros de algunas de las edificaciones que colapsan con alarmante frecuencia, están los cada vez más numerosos grupos de indigentes. Una imagen imposible de ocultar tras el velo de las monsergas políticas. Esos camuflajes están tan deslucidos como los cachivaches que exhiben los mendigos de La Habana Vieja.

Lo mas doloroso es que esta situaciòn irà creciendo, por el relativo crecimiento del envejecimiento, es decir, muchos llegaràn a la tercera edad con pensiones miserables (el que la obtenga) que no alcanzan para sobrevivir y aquellos que no tengan familia que los ayuden se dedicaràn a estas labores.Sin embargo la dictadura prefiere ocuparse de que Rusia le suministre armas modernas (no se sabe para que) en vez de proporcionarle otro tipo de ayuda, tampoco la dictadura permite la liberalizaciòn del mercado y de las fuerzas productivas del pais, manteniendo obstinadamente la planificaciòn centralizada y el control de toda la economia. El problema es de tal dimensiòn en la economia cubana que, aunque la dictadura cambiara su actitud, esta situaciòn se ha ido muy por encima de sus posibilidades para resolverla en un corto o mediano plazo por no decir nunca, Cuba necesitaria ademàs de una real apertura economica y politica, un Plan Marshall.









Así quedará La Habana, cuando desaparezcan los dos hermanos Castro, parece que ha sucedido una gran guerra, con su enemigo el de siempre, pero no es así, ellos a propósito han dejado caer todos los edificios bonitos que había en la Habana.


Así están gran parte de los hospitales en La Habana, las personas mayores se mueren por falta de recursos, y las cuentas en Suiza, están llenas de millones de dólares.

Y el tirano, le gustaba estar con los tiranos, Dios los cría y ellos se juntan.


Dios no puede ser tan malo con nosotros.

Fran País.

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