Son comunes las vivencias de su niñez, el Stalin de Rusia, tuvo una infancia atormentada por vivir en una familia donde su madre era una devota religiosa y su padre un al cólico que le pegaba cuando llegaba borracho a casa.
Su infancia transcurrió por las calles, donde eran habituales sus peleas con pandillas, donde creo esa personalidad de hierro la cual sería su principal arma de guerra para tener a todo un pueblo como es Rusia bajo su control absoluto.
El otro estalinista devoto de los métodos totalitarios aprendió muy rápido la lección.
También tuvo una niñez y adolescencia tildadas de problemas de sus padres, de una infancia alejada de lecho familiar, de una infancia ignorado por el amor materno y paterno, una infancia viviendo como un rico, en los más importantes colegios de Cuba, pero con la obsesión de nunca pertenecer a una familia acogedora y donde el respecto y la tolerancia fueran los valores primordiales a tener en cuenta.
El tirano de Latinoamérica, cuando llego al poder, ya había fallecido su gran maestro, ya sus otros maestros tanto Hitler, Mussolini, y José Antonio Primo Rivera, también estaban metidos en sus respectivas tumbas.
El estalinismo, el fascismo y el nazismo entraron en su retorcida mente y se acoplaron de tal forma, que creó un método más sofisticado que le hizo llegar al poder, y mantenerse en el durante más de 53 años.
No ha tenido ningún escrúpulo para utilizar a su pueblo para realizar todo lo que le vino en gana, tanto en crear los famosos CDR (comités de barrio), para militarizar el país de un lado al otro, como para enviar gente de su pueblo a guerras a más de 10.000 kms, como para abrir las puertas del puerto Mariel, a todo aquella persona que no creyese en su loca aventura del siniestro sistema que tenía en su mente, y también había para aquellos que luchaban dentro de la isla para defender la libertad individual de los ciudadanos cubanos, cárcel y cárcel entre ratas y aguarones.
El daño que ha hecho éste sujeto a su país, nunca jamás se ha hecho a un pueblo, las cicatrices van a ser por muchos años, el deteriodo y derrumbe de sus edificios, sus calles y entorno natural es dantesco, y el odio y rencor y venganza entre las gentes de toda Cuba está muy latente en la vida cotidiana del cubano.
Este hombre no paga con la muerte, todo el dolor, todas las muertes que ha causado innecesariamente, toda la destrucción de la vida cubana, todo el atraso del país entero, y el derrumbe de toda la economía de éste país, ha sido su legado de totalitarismo y de su ego personal de destruir todo lo que funciona y todo lo que se llama progreso.
Dios seguramente no lo va a perdonar, y tendrá un sillón privilegiado en el infierno, donde jamás tendrá que salir, y tampoco lo va a perdonar el pueblo entero de Cuba, siempre será odiado, siempre será despreciado por la gente de buena fe.
Se creyó siempre un Mesías, y todos sus enemigos se marcharon de Cuba, no quisieron, no supieron o simplemente se acobardaron enfrentarse a él, porque intuían que su arraigo al poder era sin límites y sin escrúpulos.
Hoy vive olvidado, vive fuera de lugar, vive esperando la muerte, vive solo y es utilizado por el sistema que creó para que todavía estén vivas sus ideas maquiavélicas sobre como reprimir a todo un pueblo para sustentarse en el poder.
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