LA TRISTE Y LAMENTABLE VIDA DEL 95% DE LOS CUBANOS

LA TRISTE Y LAMENTABLE VIDA DEL 95% DEL CUBANO 2011 Esa cruel y desgarradora dictadura de más de 53 años hace que el cubano de a pie, viva desde que se levanta hasta que se acuesta en la Miseria. Apenas tienen que comer, no pueden tener un vehículo, no pueden tener una lavadora moderna, no pueden tener una televisión como Dios manda, no pueden tener una moto, no pueden tener una bicicleta,no pueden tener un buen par de zapatos, no pueden ser libre ni un minuto del dia. Es hoy Cuba la mayor prisión del mundo, y eso lo sabe la comunidad internacional.

viernes, 14 de octubre de 2011

Fidel Castro (Su personalidad).


PERFIL DE LA PERSONA DE FIDEL CASTRO
De todos es conocido el terrible perfil psicológico de Fidel Castro, el tirano que durante más de medio siglo ha logrado, a base del terror, la represión y métodos brutales, mantenerse en el poder en Cuba.  Su patología se basa, en parte, en una dualidad, consecuencia de un sustrato de identidad de su nacimiento: un doble nombre, doble familia, y doble identidad.  Estas vivencias primeras determinaron la infancia y la futura vida del dictador.  Para comprender su personalidad transgresora, hay que remontarse al origen de su nacimiento.
El padre del dictador, el gallego Angel María Castro Argiz, nacido en la aldea de Láncara, cerca de Lugo, en 1875, era un simple campesino rural y analfabeto al que un residente de La Coruña pagó para que lo sustituyera en la guerra de Cuba, donde sirvió como soldado entre 1895 y 1898.  En la isla, según reporta Carlos Márquez Sterling en su "Historia de Cuba", Castro padre formó parte de la columna española, dirigida por el comandante Cirujeda, que atacó y mortalmente hirió en combate al Titán de Bronce, general Antonio Maceo, el 7 de Diciembre de 1896.  Al iniciarse la guerra Hispano-Americana en 1898, Castro padre expresó odio y desprecio por los Estados Unidos de América, país que consideraba responsable por la pérdida de lo que quedaba entonces del imperio colonial español.

Aunque fué deportado a España en 1898, después de la conclusión de la guerra., en 1905 Angel Castro regresó a Cuba, donde intuía grandes oportunidades de trabajo inexistentes entonces en la metrópoli.  Se estableció en Banes, al norte de la provincia de Oriente, y para salir de la pobreza típica del inmigrante, ejerció todo tipo de trabajos.  Con la ayuda de un coterráneo canario, Fidel Pino Santos, logró alquilar parcelas a la local United Fruit Company y comenzó a adquirir más y más tierras, convirtiéndose a lo largo de varios años en un rico terrateniente, pero con una reputación de ser implacable y violento en sus negocios, sobre todo con los humildes trabajadores que importaba de Haití para las labores agrícolas.

La región de Banes estaba dominada por dos ingenios azucareros, el "Preston" y el "Boston", de los que era dueño la United Fruit Company, símbolo emblemático del dominio económico norteamericano en América Latina.  Don Angel, que otrora había manifestado desprecio por los Estados Unidos, multiplicó su fortuna con contratos con estos dos ingenios norteamericanos para instalar los carriles del ferrocarril que transportaba la caña de azúcar a las refinerías de otras partes de la isla.  Como la sede de la United Fruit Company en Cuba, Banes era el lugar de residencia de los empleados norteamericanos de la compañía, que vivían y socializaban separadamente de los empleados cubanos.  El acceso a la playa local estaba controlado por una cerca, cuya llave sólo tenían los empleados norteamericanos.  Don Angel se encolerizaba cada vez que tenía que pedir permiso para poder entrar a la playa.

Ya convertido en un rico miembro de la alta sociedad de Banes, don Angel contrajo matrimonio con la maestra que lo alfabetizó, María Luisa Argota.  El nuevo matrimonio se instaló en el remoto Birán, en el norte oriental cerca de Mayarí, en una gran finca de 32,100 acres llamada "Las Manacas".  Angel y María Luisa tuvieron dos hijos, Pedro y Lydia, ya fallecidos.  

Años después llego a Birán una nueva cocinera con su hija analfabeta de 14 años llamada Lina Ruz Gonzalez.  Pronto, don Angel estableció una relación extramarital con ella y tuvieron una primera hija, Angela, que fué llevada al bohío de la madre de Lina.  Nació un segundo hijo, Ramón, ya ya los rumores de la infidelidad de su marido llegaron a los oídos de María Luisa Argota, que abandonó la finca de Birán y se mudó a Santiago de Cuba con sus hijos.

Lina Ruz se instaló entonces como la nueva señora de "Las Manacas" y dió a luz, el 13 de Agosto de 1926, a un tercer hijo, al que don Angel puso el nombre de su amigo y socio en los negocios: Fidel.  Como María Luisa Argota ya le había planteado el divorcio y reclamado la mitad de sus tierras, don Angel simuló estar arruinado y traspasó el título de las propiedades a su socio Fidel Pino Santos.

Para acallar rumores y ocultar la existencia de los hijos ilegítimos, decidió enviar a los tres niños a vivir con sus amigos, el cónsul haitiano en Santiago Hippólite Hibbert, y su esposa Emercianne, que a su vez los internaron en un campamento infantil haitiano.  El pequeño Fidel tenía entocnes cuatro años.  A esa temprana edad, tuvo que adaptarse a tener dos familias, dos parejas de padres, dos hogares, a lidiar con su condición ilegítima, creando hondos conflictos psicológicos.

Dos años después, cuando fué enviado al Colegio de la Salle, sus condiscípulos, en su mayoria procedientes de familias de la clase aristocratica de la región, lo humillaron repetidamente por su origen bastardo, por tener como madre a una criada analfabeta, y por no estar bautizado, llamándolo "judío". 

El niño juró que algún día se vengaría de todas estas humillaciones, germinando el resentimiento que un niño padece cuando aún no alcanza a comprender los determinismos y reglas sociales.  Este trauma originó el aliciente y la meta que lo ha guiado en toda su vida, con el propósito de superar su origen bastardo: la búsqueda de la gloria y el poder.  Desde la infancia, su vida se ha orientado hacia una búsqueda frenética, sin tregua, de compensación psicológica, propiciando un proceso de verdadera vocación por el poder absoluto.  De ahí su megalomanía y su delirio de grandeza.

Como el niño Fidel se rebelaba ante los insultos y el desprecio de sus compañeros del Colegio de la Salle, don Angel decidió mudarlo e internarlo en 1934, cuando contaba ocho años, al Colegio de Dolores de Santiago de Cuba, conocido por su férrea disciplina.  Para aliviar las burlas a las que había sido sometido, Lina decidió a bautizarlo al fin, ese mismo año.  Teniendo a la pareja haitiana como padrinos, el niño apareció en el acta oficial de bautismo como Fidel Hipólito Ruz, sin mención de Angel Castro como su padre. 

No fué sino hasta 1940, que don Angel y Lina legalizaron su unión. Cuatro hijos más nacerían de esta unión: Juana, Raúl, Emma y Agustina.  Tres años después del matrimonio civil de sus padres, el 11 de Diciembre de 1943, Fidel, ya de 17 años, fué reconocido legalmente como hijo legítimo de Angel Castro.  Fidel Hipólito Ruz al fin podía llamarse Fidel Alejandro Castro Ruz.  Pero las humillaciones sufridas durante los años formativos de su vida dejarían una huella imborrable, ansiosa de venganza, en su atormentada mente.

Después de este tardío reconocimiento como hijo legítimo, el adolescente Fidel Castro al fin pudo abandonar su hogar haitiano e incorporarse de lleno a su familia.  A fines de 1943, se trasladó de Birán a La Habana, matriculándose en el jesuita Colegio Preparatorio de Belén, uno de los más prestigiosos de la capital.  Allí comenzó a destacarse académicamente, pero, al mismo tiempo, a mostrar su insaciable ambición de poder.

Sus profesores jesuitas en el Belén de los años 40's se habían contagiado con el fascismo del Generalísimo español Francisco Franco y el antiamericanismo.  Le inculcaron a Fidel los valores históricos de la cultura hispana, en contraste con el materialismo imperante en la cultura anglosajona.  El joven fué impactado por los relatos jesuitas sobre la Falange, la versión española del fascismo, y su líder José Antonio Primo de Rivera.  Uno de sus profesores, el padre Armando Llorente, lo recuerda como "motivado, muy orgulloso, y muy diferente de los otros. Fidel deseaba distinguirse principalmente en los deportes, y le gustaba ganar, costara lo que costara. No tenía interés en socializar ni en asistir a fiestas propias de la juventud, y parecía estar ajeno a la alta sociedad cubana".

Después de graduarse en Belén, Fidel se matriculó en la Escuela de Leyes de la Universidad de La Habana en 1945, donde rápidamente se involucró en el activismo estudiantil, haciendo un intenso debut en el panorama político de la isla.  En esa época, la Universidad, protegida por su autonomía, era un santuario de agitación política, dónde la violencia y los conflictos entre pandillas era el germen de la vida cotidiana.

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